Des-Encanto

Aquí os dejo uno de los poemas que escribí en uno momento de mi vida en el que Barcelona me pareció demasiado dura y fría...Espero que os guste y opineis que os parece. Un abrazo y a ser feliz que vale la pena:

El Desencanto es una sensación que te deja sin fuerzas,
Pierdes el interés por lo más mínimo,
Es un suicidio cotidiano que no te lleva a morir del todo,
Que te atonta, te deja flojo.
Hoy no importa el día que te espera,
Si en el trabajo irá todo bien, o si algo sorprenderte pasará,
Tampoco importa que el calor del sol
O la serenidad de la luna no te lleguen,
Y dejas de verle sentido a la idea de salir de fiesta
Y perderte borracho por el oscuro cuarto de los pecados.
Apagas la televisión porque la ves de todos modos apagada.

El Desencanto llega incluso más silencioso que el Amor,
Y su desgaste es mucho más sutil, más de guerra fría
Pero con un enemigo que se hace fuerte por sus aliados,
Un complot que por casualidad se te instala,
Algún día llega y otro, sin saber cuando, recoge su silla.

Todos ellos no se conocían, el tiempo y la situación los une,
Todos tienen algo en común: todos te han hecho daño,
A su manera, claro está, pero daño del que te duele.
Te han prometido centenares de cosas, y luego no han cumplido ni una,
Costumbre que ves con los años pero que ya empieza a cansarme.
Que acariciaron tu cuerpo sin saber siquiera tu nombre
Pero afirmando que nunca lo olvidarían.
Inocentes charlatanes,
Vírgenes promiscuos,
Guapísimos con sensibilidad y hasta inteligencia,
Sinceros desmemoriados,
Que después de mucho hablar de uno y de otro
Y de ser grandes conversadores
Al final solo han sabido ser grandes teóricos,
Que nunca aprobarían una práctica.

Por eso a veces te planta cara el Desencanto,
Al que no has visto llegar pero ha llegado, y con razón,
Y te da por plantearte de que sirve conocer a más gente,
Hacerles conocedores de tu filosofía de vida,
De lo que te gusta, medio-gusta, y lo que no te gusta,
De tus aficiones más abiertas y otras más íntimas,
De enseñarles el desnudo de tu cuerpo o algún poema con tímida voz,
Si luego son ellos más mierda de la que tú criticas,
Más hombres como los que tú rechazas.
Poco a poco el Desencanto te lleva a esa triste sensación
A la de no querer morder unos labios
A no querer recibir caricias de dudable sinceridad.
Y no acabas de entender del todo
La necesidad de sus mentiras,
De la huída ridícula que hacen siempre
Huyendo de ser ellos mismos porque creen que “sólo” con eso, no llegarán lejos.
Pero es terrible el Desencanto
La verdad con la que te lava y lija la cara
Y así, de esta manera, parece que se siente en una silla
Y te haga hacer memoria de todo y de todos,
Y después se levanta y se va a fumar el cigarrillo del orgulloso,
Y tú te quedas con cara de idiota,
Seco de aire y vacío de de excusas.
Y así vamos todos
Arrastrándonos en busca de imposibles que no nos convienen
Idealizando a gilipollas
Creyendo en in-creíbles,
Desobedeciendo a verdaderos amigos
Follando lo peor a lo que de verdad aspiramos
Tirando por el suelo lo que de verdad somos,
Por quedar bien y agradar al que no lo merece
Y así desesperados y auto engañados
Nos hacemos carroñeros
Putas de carreteras que no cobramos
Que buscamos en el sexo el consuelo que no nos da el amor,
Pero pagamos el alto precio
El precio éste, con factura y sello negro,
La marca del Desencanto, que no deja de fumarse un cigarrillo tras otro,
Sin levantarse de la silla ya hace días. <

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EL SÍNDROME DE TIJE
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Ángel Tijerín Pérez