Serenísima: quiero vivir solitariamente, espiritualmente, en la montaña; dime
Respuesta de Jili Poleli
Lo de espiritualmente tú sabrás que quiere decir para tí. Solitariamente en la montaña entiendo que te refieres a vivir como un ermitaño. Lo primero que creo que deberías preguntarte es si vas hacia algo o si huyes de algo, si estás huyendo con mal pronóstico veo a la cosa. Con frecuencia se oye relacionar la tranquilidad con vivir o pasar unas vacaciones en lugares determinados: playas desérticas, pequeños pueblos... y hay quienes la tranquilidad y la solitud la pueden encontrar en su casa y casi en cualquier parte. Vivir sólo, y menos permanentemente, no es algo para todos, entre otras carencias no tienes quien te riña. Nunca oyes que se mencione la comodidad, encontrarte cómodo en la situaciones en que te encuentres, ¿tendrás esa comodidad en el ermitañerío o aspiras a flagelarte?. Hay quienes viven con satisfacción y otros con insatisfacción y estos últimos se arrepentirán hagan lo que hagan.
Lo de místico no es nuevo y por tanto he considerado oportuno pasar tu consulta al arqueolonegacionista del CoSa, esto dice:
Hay seres para quienes su superlativo estímulo, su necesidad, es expandir su mente, su pensamiento y su mayor placer el lograr descifrar enigmas, gritar ¡Eureka!; según avanzan en este camino se van distanciando del pensamiento común y, según su ser y su momento, toman distintas vías: aislarse, volverse excéntricos, camuflarse con el entorno...
Para mí que quienes en el pasado tomaron el camino del aislamiento o de la excentricidad, y no tenían vocación de mártires, no sólo fingieron alinearse con las creencias y mitos de su tiempo sino que además pretendieron ser quienes mejor los encarnaban. Su singularidad, su extrañeza y su renuncia a las aspiraciones comunes les conferían un aura de ser superior en contacto con lo invisible; esto hecho les confería poder y protección, ya que nadie osaría caer bajo su ¿eficaz? maldición; tanto o más temor que lo visible inspira lo invisible; nadie dañaría al místico, ese ser que ni siquiera se defendía, por miedo a desatar contra uno mismo, e incluso contra su estirpe, el furor sagrado, la ira de los dioses.